Sunday, December 19, 2010

Alameda de Paula

(Fotografía: Daphne Rosas, 2009)

La calidad del espacio de La Alameda de Paula se resume en este fragmento de los apuntes sobre las obras realizadas durante el mandato del Capitán General Marqués de la Torre, entregadas a su sucesor don Diego Navarro en 1777: "Construí el hermoso paseo de Paula, adorno y desahogo de la ciudad. No hay parage más agradable en ella por su situación y por sus visitas: espuesto a los aires frescos, descubriendo toda la bahía y colocado en el lugar principal de la población, logra el público dentro del recinto, donde antes había un muladar, el sitio de recreo más propio para un clima tan ardiente y que parecía elegido para este fin desde la fundación de la ciudad."

En sus orígenes, la alameda consistió sólo en un terraplén adornado con dos hileras de álamos con algunos bancos de piedra. Se extendía desde la calle de los Oficios hasta el hospital de Paula (demolido en el 1946 y adyacente a la Iglesia de Paula). Entre los años 1803 y 1805, gracias al marqués de Someruelos, la alameda se embaldosó y se adornó con una fuente sencilla y asientos de piedra con respaldo. Sin embargo, no fue hasta el 1845 que la alameda alcanza todo su esplendor bajo la dirección del subinspector de ingenieros don Mariano Carrillo de Albornoz. La alameda entonces alcanza 445 varas de longitud por 20 de ancho entre el antiguo muelle de La Luz y el baluarte de Paula, abriendo una glorieta circular sobre el parapeto de este baluarte. Por la parte norte se accedía a la alameda por medio de escalones que culminaban en el paseo embaldosado, con sus bancos a ambos lados, y con barandas de hierro enroscado. El paseo descendía otra vez con escalones cerca del hospital de Paula que le dio su nombre la alameda. En su centro se mantuvo la fuente circular con surtidores que procedían de un pedestal cuadrilongo que servía de base a una columna circular, la cual se adornó con relieves. De noche la alameda era iluminada con luces de gas. 

(Referencias: Ordenanzas de 1861)

2 comments:

Jose said...

Quién diría que ese espacio tan delicioso de la Alameda de Paula fue en su día un muladar... Me lo imagino iluminado con luz de gas y ya es que lo flipo... :)

Preciosa foto y mejor reseña, Daphne.

En fin, por si no tengo otra ocasión: ¡Feliz Navidad! Que tengas unas fantásticas fiestas, plenas de alegría y en la mejor compañía.

Daphne Rosas said...

Felices fiestas para ti también, José, y que el año nuevo venga cargado de alegría y cosas buenas.

Saludos,