Cuenta la historia que esta iglesia tuvo sus inicios en 1630 al empezar su construcción. Sin embargo, 112 años después, no se había levantado más que una humilde casa conventual anexa a un recinto con fachada y púlpito. En 1834, el gobierno utiliza el espacio como almacén de mercancías aduanales para finalmente entregarla a los Padres Paúles en 1863. Bajo la dirección del rector Gerónimo Valdés, se retoma la construcción la iglesia. Entonces se dice que tanto ricos y distinguidos, como gente de clase media y hasta los pobres contribuyeron para que al fin, el 31 de enero de 1867, se inaugurara el nuevo templo, Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, que hasta hoy goza de una belleza singular, adornado en dorado y con preciosos murales que cubren columnas, techos y la mayoría de sus paredes.
Y ahí dentro, cerca de la entrada, se alza una gran figura cubierta de manto blanco, Virgen de Las Mercedes sincretizada Obatalá en la Religión Yoruba, herencia dejada por nuestros esclavos negros para enriquecer nuestra cultura y abrirnos a nuevos mundos. Y es que la fe mueve montañas, pues desde lejos llegan viajeros a pisar el santo recinto. Allí no faltan las flores blancas, de la mano de sus devotos, católicos y santeros, que acuden a esta iglesia para agradecer o pedir sus gracias.
(Fotografía: Daphne Rosas, 2011)
3 comments:
Gracias, Daphne, por esta oportunidad de estar aunque sea virtualmente en La Habana nuestra.
Armando
Preciosa!
Armando,
Gracias a ti por querer tanto a mi Habana, a pesar de ser cienfueguero de corazón.
Papucho,
Como no va a ser preciosa, si ahí me bautizaron!
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