Como en estos días ando muy ocupada con todo esto de estudiar para mi exámen de certificación en LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) en mayo 18, mi Blog a sufrido las consecuencias. Bueno, pero lo primero es lo primero.... a pasar ese exámen que me ha costado $300, los cuales no estoy dispuesta a perder. Ya les contaré después del 18 si ando con el moco caído o si logré pasar el exámen; deseenme suerte.
Mientras tanto aquí les dejo algo breve para que se entretengan. La foto no necesita explicaciones, de seguro la conocen. El texto consiste en un fragmento del libro "Sinuhé, el Egipcio" de Mika Waltari. Alguien se acuerda de la versión de esta novela por la radio en Cuba? La escuché por primera vez en Radio Progreso, en los segmentos de radio novelas entre semana por las tardes. A mí en particular me gusta mucho como el autor enfoca al ser humano, con sus virtudes y defectos. En esta ocasión les cito los sentimientos de un egipcio desterrado hacia su ciudad natal, Tebas. Esto me hace recordar lo que podemos sentir al ser exiliados, es como estar desterrados de Cuba.... de mi Habana. Aquí va.... espero lo disfruten.
Fotografía por Daphne Rosas, 2007
"Que el que ha bebido una vez agua del Nilo aspire a volver al Nilo, porque ninguna otra agua apagará su sed. Que el que ha nacido en Tebas aspire a volver a Tebas, porque en el mundo no existe otra villa parecida a esta. (...) Cambiaría mi copa de oro por el tarro de arcilla del pobre si tan sólo pudiese hollar de nuevo el suave terruño del país de Kemi. Cambiaría mis vestiduras de lino por la piel endurecida del esclavo si tan sólo pudiese oír aún el murmullo de los cañaverales del río bajo la brisa de la primavera.
El Nilo se desborda, como joyas las villas emergen de su agua verde, las golondrinas vuelven, las grullas caminan por el fango, pero yo estoy ausente. Por qué no seré una golonrina, por qué no seré una grulla de alas vigorosas para poder volar ante las barbas de mis guardianes hacia el país de Kemi? (...)
Clara era el agua de mi juventud, dulce era mi locura. Amargo y ácido es el vino de mi vejez, y el pan de miel más exquisito no vale el duro mendrugo de mi pobreza."