Dedicado a toda la gente de Lawton, en especial a mi familia, los Castellanos y los Velazco
Fotografías: Daphne Rosas, 2007
Barrios modestos, como Lawton, se encuentran lejos de las tan mencionadas joyas arquitectónicas de La Ciudad de La Habana de principios de la colonia española, del Barroco Cubano, del Art Nuovo, del Art Deco y más tarde, del modernismo. Trazos arquitectónicos de estos movimientos se ecuentran con facilidad en los barrios más conocidos como La Habana Vieja, algunas partes de Centro Habana, El Vedado, y Miramar. No se puede dejar atrás al Country Club, en donde la idea urbanística de la cuadrícula con acceso directo a negocios y facilidades públicas comienza a transformarse en el concepto de ciudad jardín, el cual en Miami evolucionó a los suburbios como Coral Gables y Kendall, entre otros, con calles curvas e intrincadas que se alejan de negogios, avenidas principales, transporte público, etc.
Nota: La planta alta se construyó después del '98 cuando mi abuelo permuta la casa. A propósito la pintura azul está ahí desde hace más o menos unos 20 años. Es pintura de piscina... buena no?
Y así es mi barrio, un sube y baja de calles, siendo la zona más baja aquella del 'paradero de guaguas' en la calle 16. En ocaciones la variación de la altura del terreno es tan rápida que es imposible continuar la calle y esta muere o dobla bruscamente para dar paso a montículos limitados a ambos lados por casas. Estas casa se apiñan una al lado de otra y se llega hasta ellas mediante escaleras que escalan la loma, haciendo función de acera. Y que muchacho del barrio no recordará haberse tirado en "chibichana" por las canales de desague a los costados de dichas escaleras!
En fin, no será zona turística, ni saldrá en los libros de arquitectura, ni en las postales que se venden en moneda extranjera en los hoteles, pero para mí Lawton tiene un encanto único; obviamente, es algo personal. Y que me perdonen toda esa gente del Vedado, con su arquitectura novedosa de los 50, sus grandes residencias con amplios jardines y habitantes adinerados, con sus 'boutiques' y negocios por doquier extendiendose a lo largo de la Avenida 23. También, que me perdonen la gente de La Habana Vieja, ciudad de antaño, con sus calles de adoquines, amplios portales con sus arcadas, grandes portones que muestran, al ser abiertos, sus patios interiors, y por supuesto, esos balcones colgando sobre las aceras que dejan ver, más arriba en las fachadas, hermosos vitrales de colores. Pero mi barrio...es mi barrio señores!